sábado, 1 de septiembre de 2007

El Castellano de Flandes


Qué levante la mano las personas que sepan quién fue Sáncho Dávila, conocido como el Rayo de la Guerra.

Bueno, pues yo no estaba en ese grupo hasta que leí esta semana esta entretenida novela de Enrique Martinez Ruiz en el que se nos narra la vida de este desconcido personaje para la mayoría que ocupó una posición central en los ejercitos de flandes y en la lucha contra la revuelta orangista por parte del temible Duque de Alba.

Nos encontramos ante una novela histórica que aprovechando la tumultuosa vida de Sancho Dávila nos presenta muchos de los lugares y campañas en los que se vieron envueltos los Tercios desde finales del reinado de Carlos V hasta el saco de Amberes, lugares en los que el personaje, por cierto presente en el monumento a Santa Teresa en Ávila como buen natural de la ciudad, combatió desde lo más bajo del ejercito hasta tener bajo su mando la fortaleza de Amberes en la época del saqueo.

Desde un punto de vista literario nuestro protagonista es mu majo salvo alguna putadilla relacionada con ciertos diamantes, casi sin mácula al servicio de un brillante y muy vapuleado por todos Duque de Alba y enfrentados a los tejemanejes de los malvados flamencos que, vaya usted a saber porqué no nos querían por allí (aunque luego haya estatuas dedicadas a Carlos II en la Grand Place de Bruselas imagino que porque a nosotros no nos querían por allí pero a los franchutes tampoco). Vamos que el personaje a nivel interno es un poco plano. Pero es un aventurero de primera. En eso si cumple con lo que fue en realidad su vida y aventuras.

Desde luego no destaca por su autocrítica de la situación en la que se vieron metidos los Tercios en Flandes pero si destaca en las aventuras con las que te sientes transportado casi al frente de las fuerzas españolas. Desde luego no esta nada mal su lectura, una biografía novelada más o menos realista de uno más de los muchos valientes que a lo largo de siglos perdieron su vida y energías en luchar por su rey, su país, su religión y aunque en el caso de este dicen que no, de una paga con la que intentar mejorar su fortuna. Eso sin contar a los que después murieron por sus ideas. Este es el libro de uno de tantos ignorados por la posterioridad que fue maltratado por los políticos y aristócratas de la época mientras luchaba por la gloria de su rey y que llevó a cabo gestas que merecerían un mayor reconocimiento popular.

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